Llegó después de ser recomendado por alguien de la casa, alguien con derecho a opinar. Zinedine Zidane se fijó en un central de un Lens que había descendido a la Ligue 2 esa temporada para salvar a un joven defensa con aires de líder. Era obvio que algo le tenía que haber llamado la atención al ex mediapunta francés para que convenciese a Florentino de que había que fichar al futbolista de ascendencia martiniqueña.
Los recuerdos arrastran recuerdos. El Real Madrid pagó 10 millones por un joven de 18 años con el miedo en el cuerpo de que saltase a la palestra un caso común en los franceses que fichan por el Madrid: una apatía extrema convertida en un aislamiento peligroso que finalmente dañaría lo profesional. Le ocurrió a Anelka, incluso en menor medida a un Zinedine Zidane al que le costó arrancar en sus primeros meses en el equipo blanco. Benzema iba camino de seguir el ejemplo de su homólogo en la delantera, pero José Mourinho se encargó de encauzarlo. Ahora Varane se encuentra en un momento decisivo.
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